Ir

Publicat a / Publicado en Hechizos

De las preguntas que se hacen sobre cualquier cosa que haya pasado y nos interesa, ¿qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? yo me quedo con la última: ¿dónde? Es lo primero que pregunto, es lo que más me llama la atención. Lo demás ya vendrá después. A mí me llama el lugar, los sitios. Soy un fan de las localizaciones, la geografía, los caminos, las carreteras, los cruces, los puntos cardinales, la orientación, las calles.

Me gusta saber dónde estoy, conocer el territorio, cómo se llega, por dónde se va. Busco los lugares en los que se desarrollan los libros que he leído o las películas que veo y me gustan. Incluso he hecho algún viaje sólo para pisar una localización o ver dónde se rodó tal escena.

Considero Google Maps como el mejor invento de la era moderna (y mira que hay inventos y aplicaciones). Poder ver desde casa dónde está esa calle o cómo se llega a aquella plaza me parece un lujo asiático. Esto no significa que reniegue de mi caja de mapas ni de mis libros de fotos de lugares a los que nunca iré.

Dentro de los sitios posibles, tengo mis favoritos: cementerios, catedrales, ruinas, jardines, campos de fútbol, playas, rascacielos, islas, bosques, fuentes, rompeolas, ermitas, bibliotecas, torres, terrazas, parques, museos no muy grandes. Soy feliz yendo a alguno; soy feliz sabiendo dónde están.

Para ir, cualquier medio de transporte me gusta: bici, coche, tren, avión, barco. La excepción es la moto, supongo porque nunca he tenido ocasión de montar. Y el que más: caminar. Si pudiera echaría andar y no haría otra cosa más que unir sitios que me interesan con mis pasos. En una palabra, lo que yo más quiero en la vida es ir.