Añorada y agradecida
Era un mediodía de invierno, con nubes a ras de tierra. Neviscaba. La luz del sol buscaba filtrarse por aquella humedad y el horizonte casi rosado. De la furgoneta se bajó Adelina con una … +
Era un mediodía de invierno, con nubes a ras de tierra. Neviscaba. La luz del sol buscaba filtrarse por aquella humedad y el horizonte casi rosado. De la furgoneta se bajó Adelina con una … +
Los calcetines son mi rebelión. También lo es el resto de la ropa que calificaríamos de interior o “de dentro”. A menudo se entiende que, para un determinado trabajo, para una determinada edad, para … +
Mandra es mi gata. Y no lo es porque viva en casa a días, cuando a ella le parece. Ni porque cuando está en casa me maúlle pidiéndome latas para comer; ni porque me … +